Reflexion de Colombia: Heroina

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redECAP
18 augusto 2014
Reflexion
de Colombia: Heroina

La
primera vez que me encontré con mi heroína, ella no se distinguia de otros.
Ella era una niña entre una docena de niños despreocupados, reunidos en la
salida del pueblo, mientras sonaban con su próxima aventura. Buenos Aires parecía
ser uno de los mejores mejores lugares en la tierra para ser una niña; un
pueblo pequeño, tranquilo al lado del río, donde los ninos son libres de ser
reinas y reyes de su propio destino y con toda una selva afuera para explorar. 

La única razón por la que ella se distinguio del
grupo de niñ@s,  resaltada como única entre la multitud de Indiana Jones,
fue una advertencia para mi: “que allá, la dulce niña angelical de rizos
abundantes y una gran sonrisa! Es una niña traviesa. “Si le das un dedo, ella
tomara la mano”.

Jimena, seguro, es traviesa; una traviesa de corazón,
espíritu y alegría. Ella tiene nueve años y quiere ser  doctora cuando
crezca. Ella quiere ayudar a las personas que tienen problemas del  corazón.
 Su sonrisa amplia y la forma que se acurruca en mis brazos y en mi corazón,
no me deja dudas que ella salvará muchas vidas. Ella salvo la mia.

Los rizos de su cabeza reflejan
la optimismo de su alma y el aliento  para continuar; la energía que la
mueve es contagiosa.

Cuando la encontré por segunda vez, ella estaba
viviendo en Las Pavas con sus dos hermanas mayores y sus padres. Si Buenos
Aires es el mejor lugar para crecer, Las Pavas puede ser uno de los peores.
Como la hija de un campesino, en el contexto colombiano, Jimena lleva  un
blanco en su espalda mientras que trata de evitar los dardos diarios del
hambre, el acoso, los disparos, la enfermedad y el abuso sexual.

Las 123 familias de Las Pavas, son parte de una
lucha nacional por el derecho a la tierra, en contra de un gobierno más
interesado en la inversión extranjera y el capitalismo que en los derechos
humanos y la seguridad alimentaria. Las autoridades colombianas a nivel
regional y aun nacional han dado la espalda a la gente de Las Pavas,
permitiendo que una compañía productora de aceite de palma se apropie de la
tierra para cultivo de palma, un cultivo muy lucrativo para exportar.

En una atmósfera de gran tensión, frustración y
desesperación, Jimena es una fuente de luz. Los rizos de su cabeza reflejan la optimismo
de su alma y el aliento  para continuar; la energía que la mueve es
contagiosa. Su curiosidad es insaciable y en su afán por hacer todas sus
preguntas confunde con frecuencia sus R’s con sus L’s. Nosotras disfrutamos de
mecernos en la hamaca y de hacer trampa cuando jugamos dominó.

No quiero dar una impresion incorrecta. Jimena no es
inmune a la violencia que ella debe enfrentar diariamente, Ella pone
sobrenombres a los guardias de la compañía de seguridad  y  me dice
que quiere tirarles piedras. Su sonrisa desaparece y su cuerpo se pone tenso
del miedo cuando ella recuerda las amenazas de violación, que ella recibe,
cuando camina por una hora hacia su escuela en Buenos Aires. Esto no es un
estilo de vida facil. Pero su familia ha escogido vivir en el medio del
conflicto renunciando a servicios con agua potable y electricidad, con el
objetivo de defender su derecho a la tierra. Jimena no se ha rendido, porque yo
debería?

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